“Si está en San Francisco la seguiré allí. Si está en Tokyo la seguiré allí. Y si está en el infierno la seguiré allí. ¿Por qué no?. Allí es donde acabaremos de todas formas y probablemente juntos.”
“Lo mejor es que no le parezco osco ni reservado. Elaine y yo pasamos mucho tiempo juntos; supongo que si no tuviese una edad tan grotesca, diría que es mi chica. Sin embargo no está mal que sólo sea una amiga especial; a veces es mejor que una novia. Nos ahorramos muchos de los problemas que trae aparejados el noviazgo, y, aunque sé que nadie por debajo de los cincuenta me creerá, en ocasiones las cenizas son mejores que una auténtica fogata. Es extraño, pero cierto.”
“¡Te voy a matar! Y, te lo aseguro, si Dios me lo permite, te mataré dos veces.”
“Todo el espectro del mundo auditivo era suyo. Oía las campanadas del cielo y los ásperos gritos que surgían del infierno. En su locura, oía lo real y lo irreal.”
“Todos hacemos lo que podemos, y eso debe bastarnos... y si no nos basta, debemos resignamos. Nunca se pierde nada, Sarah. Nada que no se pueda hallar.”
“Él le había hecho daño, le había hecho mucho daño, y el mundo era un terrible embrollo de sensaciones e impresiones...”