“Rezábamos por la vacuidad, para hacernos dignas de ser llenadas: de gracia, de amor, de abnegación, de semen y de niños.Oh, Dios, Rey del universo, gracias por no haberme hecho hombre.Oh, Dios, destrúyeme. Házme fértil. Mortifica mi carne para que pueda multiplicarme. Permite que me realice…”