“−Debe prometerme, entrenador, que no la lastimará.−Lo prometo.−Lo ha dicho demasiado rápido para mi gusto. La verdad es que no le creo.−Soy un hombre de palabra, y le prometo que no la lastimaré. −Flexionó las manos−. Cuando la asesine, lo haré tan rápido que no sentirá nada.”
“La vida no es una foto, en que uno ordena las cosas para que se vean bien y luego fija la imagen para la posteridad; es un proceso sucio, desordenado, rápido, lleno de imprevistos. Lo único seguro es que todo cambia.”
“No es una hoja de papel lo que hace a un hombre. Ni la cárcel lo que le deshace.”
“Se ha dicho que en literatura lo bello es verdadero pero lo verdadero en literatura es solo verosímil, y entre lo verosímil y lo verdadero hay una distancia enorme. Esto por no hablar de lo bello, que es algo de lo que nunca se debería hablar: lo bello debería ser la reserva natural de la literatura, el sitio donde lo bello prosperara sin que la mano de la literatura lo toque jamás, y debería servir de recreo y consuelo a los escritores, puesto que la literatura y lo bello son cosas completamente diferentes o tal vez la misma, como dos guantes para la mano derecha”
“—Si un fantasma puede prometer —le oyó decir con voz ronca—, yo te prometo que mi amor durará lo que dure la eternidad.”
“Lívido.Que te den por engañarme. Que te den por reducirlo todo a la palabra "engañar". Como si fuera una partida de cartas y le echaras un vistazo a las que tengo en la mano. Es más, ¿Quién inventó el término engañar? Supongo que fue alguien que había sido infiel. Alguien que pensó que "mentiroso" era demasiado duro. Alguien que pensó que "devastador" sonaba demasiado emocional. La misma persona que pensó: "vaya, lo han pillado con las manos en la masa". Que te den. Esto no es lo mismo que apropiarse de un billete de veinte dólares de más en el Monopoly. Esto es nuestra vida. Te has cargado nuestra vida. Eres mucho peor que un mentiroso. Has matado algo. Y para colmo lo has hecho por la espalda.”