“Mientras recogía las bolsas de la compra, un familiar Lexus berlina color coñac se detuvo a su lado. La ventanilla del conductor bajó apareció el rostro del Duque del Infierno en persona,sonrisa burlona incluida._ Pareces una vagabunda.Sugar Beth supuso que lo decía por las bolsas, no por sus tejanos o su cazadora de motera._ Gracias, que tengas un buen día tú también.Él la contempló a través de unas gafas sin montura._ ¿Quieres que te lleve?_ ¿Dejas subir plebeyos a tu carruaje?_ Hoy me siento benevolente._ Es mi día de suerte.”
“En aquella ciudad, donde a menudo lo ilegal es convención social y forma de vida --es herencia de familia, dice un corrido famoso, trabajar contra la ley--, Teresa Mendoza fue durante algún tiempo una de esas jóvenes, hasta que cierta ranchera Bronco negra se detuvo a su lado, y Raimundo Dávila Parra bajó el cristal tintado de la ventanilla y se la quedo mirando desde el asiento del conductor. (p. 26 en LA REINA DEL SUR)”
“Esto del tiempo es complicado, me agarra por todos lados. Me empiezo a dar cuenta poco a poco de que el tiempo no es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie el relleno, en la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó.”
“No me parece que la luciérnaga extraiga mayor suficiencia del hecho incontrovertible de que es una de las maravillas de este circo, y sin embargo basta suponerle una consciencia para comprender que cada vez que se le encandila la barriguita el bicho de luz debe sentir como una cosquilla de privilegio. De la misma manera a la Maga le encantaban los líos inverosímiles en los que andaba metida siempre por causa del fracaso de las leyes en su vida.”
“Una mujer es la historia de sus actos y pensamientos, de sus células y neuronas, de sus heridas y entusiasmos, de sus amores y desamores. Una mujer es inevitablemente la historia de su vientre, de las semillas que en él fecundaron, o no lo hicieron, o dejaron de hacerlo, y del momento aquél, el único en que se es diosa. Una mujer es la historia de lo pequeño, lo trivial, lo cotidiano, la suma de lo callado. Una mujer es siempre la historia de muchos hombres. Una mujer es la historia de su pueblo y de su raza. Y es la historia de sus raíces y de su origen, de cada mujer que fue alimentada por la anterior, para que ella naciera: una mujer es la historia de su sangre.Pero también es la historia de una conciencia y de sus luchas interiores. También una mujer es la historia de su utopía.”
“Proust ha explicado admirablemente por que no le interesaba un lugar sino cuando volvía a el; por que no encontraba sabor sino a lo ya visto, a lo ya experimentado, a lo ya vivido; por que, en suma, no comenzaba a gustar de las cosas sino a partir del momento en que recomenzaba.Este análisis se relaciona, a mi parecer,con la esencia misma de toda una clase de seres: aquellos que no han podido curarse de su infancia.Todo lo que en ellos florece tiene sus raíces en su pretérita infancia. Todas las cosas cuya expresión persiguen yacen en el silencio vehemente que la agitó.”