“-Se volvió y miró por la ventana abierta-. Ahí está precisamente el que sabe relajarse mejor en el mundo: un gato. Podrías aprender de él. Nadie le supera en eso.”
“—¿Por qué sigues creyendo en Dios? ¿No estás enfadada con Él por todas las cosas malas que te han pasado?Ella interrumpió lo que estaba haciendo y se volvió hacia él. Gabriel parecía muy infeliz.—A todo el mundo le pasan cosas malas. ¿Por qué iba a ser yo distinta a los demás?—Porque eres buena.Ella se miró las manos.—El universo no se basa en la magia. No hay unas reglas para las personas buenas y otras para las personas malas. Todo el mundo sufre en un momento u otro. Lo importante es lo que haces con tu dolor, ¿no crees?”
“No era en absoluto de esos padres que riñen, prohíben y castigan. Especialmente en los primeros años de mi infancia, cuando salía por ahí y jugaba con él, sentía que el mundo era un lugar divertido al que el hombre venía para ser feliz.”
“Se detuvo a medio camino para mirar atrás. De pie y temblando en el agua y no de frío porque no hacía ninguno. No le hables. No la llames. Cuando se acercó, él le tendió la mano y ella la tomó. Era tan pálida en el lago que parecía estar ardiendo. Como una luz fosforescente en un bosque tenebroso. Que ardía sin llama. Como la luna que ardía sin llama. Sus cabellos negros flotaban en el agua alrededor, caían y flotaban en el agua. Ella le rodeó el cuello con su otro brazo y miró hacia la luna en el oeste no le hables no la llames y entonces volvió su rostro hacia él. Más dulce por el hurto de tiempo y carne, más dulce por la traición. Grullas que anidaban y se sostenían sobre una pata entre las cañas de la orilla sur habían sacado sus esbeltos picos de debajo de las alas para vigilar. ¿Me quieres?, preguntó ella. Sí, dijo él. Pronunció su nombre. Dios mío, sí, dijo.”
“Pero precisamente por ser un veterano en estas lides puedo afirmar con énfasis que no existe en el mundo mejor lugar que el autobús para explorar la rica fauna humana, en vivo y sin prejuicios antropológicos”
“¿y de qué servía un hogar si uno no se sentía a salvo en él, si le trataban como a un paria precisamente en el sitio que debía servirle de refugio?”