“Comprendí que la autentica belleza no reside en la ausencia de fealdad sino en su aceptación.”

“-Hola -dijo- soy Jesucristo. Pero puedes llamarme Jesús, o Señor, si lo prefieres.-¿Señor? -pregunté, tratando torpemente de ser graciosa. Es decir, aquello tenia que ser una broma. Jesucristo en un hospital psiquiátrico... Menudo tópico.-Señor Dios, por supuesto -respondió, frunciendo el ceño con desconcierto- ¿Acaso eres judía? En ese caso, no hay problema, puedes decirme Cristo.-No, soy católica, he sido bautizada y educada según la religión.-Entonces, tendrías que haberte arrodillado al entrar -me amonestó, y se apresuró a hacer en el aire la señal de la cruz- Por esta vez, te perdono. Pero que no vuelva a ocurrir -dijo. Después me miró con esos ojos de donde parecían surgir dos rayos láser y se me heló el corazón. Me pregunté si era posible que Jesús aun estuviera vivo y que hubiera terminado en ese lugar. La linea que separa el carisma de la locura suele ser muy fina.”

“The cruelest curse of the disease is also its most sacred promise: You will not feel this way forever.”

“The memory of sustenance is a terrible thing. Far worse, I think, than actual starving. Starving just kills you. Longing can gnaw away at you forever.”

“...love is a chemical imbalance, too. That perilous highs and desperate lows and extravagant flurries of mood are not always symptoms of a broken mind, but signs of a beating heart.”

“Without the darkness, how can we ever hope to understand the light?”

“Was drug induced happy still happy? Was it the right kind of happy? Did it count?”