“Pues el hombre ama y respeta al hombre mientras no se halla en condiciones de juzgarlo, y el deseo vehemente es el resultado de un conocimiento imperfecto”
“El deseo de conocimiento forma al hombre”
“La muerte era de una naturaleza piadosa, significativa y tristemente bella, es decir, espiritual; pero, al mismo tiempo, también poseía una segunda naturaleza, casi contraria, muy física y material que, desde luego, no se podía considerar bella, ni significativa, ni piadosa, ni siquiera triste. La naturaleza solemne y espiritual se expresaba en la suntuosa mortaja y ataúd del difunto, las magníficas flores y las palmas que, como se sabe, significan la paz celestial (...) Todas aquellas disposiciones claramente hallaban su sentido y su buen fin en la idea de que el abuelo había adoptado su forma definitiva y verdadera para siempre. Pero además, como muy bien captó el pequeño Hans Castorp, aunque no quiso reconocerlo, todo aquello, y especialmente a su vez, la enorme cantidad de flores (y, entre éstas, en particular de nardos) tenía otro sentido y otro fin más prosaico: mitigar ese otro aspecto de la muete que no es ni bello ni realmente triste, sino más bien casi indecente, bajo, indignamente físico; hacer olvidar o impedir tomar conciencia de la muerte (pp.43-44)”
“Gigi se olía una historia de Romeo y Julieta, una historia cuyo atractivo se le escapaba. La señorita Capuleto debería haberse casado con el hombre que sus padres eligieron para ella y luego haber tenido una aventura ardiente, pero muy discreta con el señor Montesco. No sólo habría seguido viva, sino que al cabo de un tiempo se habría dado cuenta de que Romeo era un joven imberbe y aburrido con poco que ofrecerle salvo bonitos tópicos. "Es el oriente, y Julieta es el sol". Por favor.”
“Pues apenas el tiempo se divide en ayer, hoy y mañana, en horas, minutos y segundos, el hombre cesa de ser uno con el tiempo, cesa de coincidir con el fluir de la realidad.”
“...el pesado traje de buzo es el cuerpo físico y el mar es el océano de la vida. Al nacer, el hombre se pone el traje de buzo, pero su espíritu está conectado siempre por una cuerda a la luz de arriba. El hombre desciende a las profundidades del mar de la tristeza y la mortalidad para buscar tesoros escondidos de sabiduría, pues la experiencia y la comprensión son perlas valiosísimas y para ganarlas el hombre debe soportar toda clase de cosas. Cuando encuentra el tesoro, lo izan al bote y, quitándose la pesada escafandra, respira el aire fresco y vuelve a sentirse LIBRE. Los sabios se dan cuenta de que este incidente que llamamos vida es solamente un viaje al fondo del mar, que hemos estado allí muchas veces y volveremos a bajar hasta que encontremos el tesoro...”
“¿A qué se reduce, pues, el progreso? Progresa la ciencia, progresa la técnica. El hombre de nuestros días maneja técnicas cuyos fundamentos ignora, pero cuyos resultados aprovecha. La pseudo-doctrina del progreso diviniza el futuro y espera el advenimiento de un estado perfecto. En una época que no se precisa, la historia universal de la humanidad habrá resuelto todos sus problemas. Lo que cuenta es el hombre futuro. Las generaciones presentes son simples eslabones sin ninguna finalidad propia. El presente se evapora en aras de un progresismo inocente y filisteo.”