“-Ya sé que querías ser amable -dijo, ablandándose-, así que me puedes dar un beso.Se había olvidado momentáneamente de que él no sabía lo que eran los besos.-Ya me parecía que querrías que te lo devolviera -dijo él con cierta amargura e hizo ademán de devolverle el dedal.-Ay, vaya -dijo la amable Wendy-, no quiero decir un beso, me refiero a un dedal.-¿Qué es eso?-Es como esto. Le dio un beso.-¡Qué curioso! -dijo Peter con curiosidad-. ¿Te puedo dar un dedal yo ahora?-Si lo deseas -dijo Wendy, esta vez sin inclinar la cabeza. Peter le dio un dedal y casi inmediatamente ella soltó un chillido.”