“— Ya estás acosándome otra vez, ¿no? ¿Tengo que llamar a la poli para que te ponga una orden de alejamiento?—Ni en sueños, gatita. —Sonrió—. Ah, espera, que ya salgo en ellos, ¿verdad?Puse los ojos en blanco.—Más bien apareces en mis pesadillas, Daemon.”