“El comerciante de basura no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. Él no mejora ni simplifica su mercancía. Degrada y simplifica al cliente.”
“¡Mi culo vale más que el Louvre! Mis pedos son de ambrosía y cago zurullos de oro puro. Mi pija arroja diamantes blandos al sol de la mañana.”
“Sólo el campo de batalla revela al hombre su propia locura y desesperación y la victoria es ilusión de filósofos e idiotas.”
“El miedo, el miedo es la mercancía más valiosa del universo. Encended la televisión ¿Qué veis? ¿Gente vendiendo productos? NO. Gente vendiendo el miedo que tenéis de vivir sin sus productos.El miedo vende”
“Al final, el sumiso es quien somete al amo, con su entrega y su aceptación.”
“Cuanto más codiciado por el mercado mundial, mayor es la desgracia que un producto trae consigo al pueblo latinoamericano que, con su sacrificio, lo crea.”
“Llévate mi bendición y graba en tu memoria estos principios: no le prestes lengua al pensamiento, ni lo pongas por obra si es impropio. Sé sociable, pero no con todos. Al amigo que te pruebe su amistad sujétalo al alma con aros de acero, pero no embotes tu mano agasajando al primer conocido que te llegue. Guárdate de riñas, pero, si peleas, haz que tu adversario se guarde de ti. A todos presta oídos; tu voz, a pocos. Escucha el juicio de todos, y guárdate el tuyo. Viste cuan fino permita tu bolsa, mas no estrafalario; elegante, no chillón, pues el traje suele revelar al hombre, y los franceses de rango y calidad son de suma distinción a este respecto. Ni tomes ni des prestado, pues dando se suele perder préstamo y amigo, y tomando se vicia la buena economía. Y, sobre todo, sé fiel a ti mismo...”