“El experimento del profesor Kugelmass-¿Y qué quiere que yo le haga? El mundo de la magia es así. Todo matices. -Matices, un cuerno.”
“El experimento del profesor Kugelmass-Señor Kugelmass, lo peor que puede usted hacer es ignorar la realidad. Limítese a declarar aquí sus pensamientos, y los dos juntos lo analizaremos. Ya lleva usted en tratamiento un tiempo suficiente como para saber que nadie se cura de la noche a la mañana. Después de todo, yo soy analista, no mago.-Entonces lo que necesito quizás es un mago -exclamó Kugelmass, levantándose.Y con eso dio por terminada su terapia.”
“El experimento del profesor KugelmassEntretanto, quiero un trabajo o tomar clases, porque mirar la tele todo el santo día es morirse.”
“Pero usted es el hombre y le toca llevar la iniciativa. Aquello empezaba a adquirir un cariz funesto. —¿ La iniciativa? ¿Yo? —¿ Qué quiere? Algún precio tenía que tener el poder mear de pie.”
“El mundo que tenemos que buscar es un mundo en el cual el espíritu creador esté vivo, en el cual la vida sea una aventura llena de alegría y de esperanza, basada más en el impulso de construir que en el deseo de guardar lo que poseemos y de apoderarnos de lo que poseen los demás. Tiene que ser un mundo en el cual el cariño pueda obrar literalmente, el amor esté purgado del instinto de la dominación, la crueldad y la envidia hayan sido disipadas por la alegría y el desarrollo ilimitado de todos los instintos constructivos de la vida y la llenen de delicias espirituales. Un mundo así es posible; espera solamente a que los hombres quieran crearlo.”
“En la novela de Tolkien, El señor de los anillos, el hobbit Frodo es un héroe renuente; Frodo no quiere asumir la tarea que le ha sido encomendada; Frodo preferiría quedarse en el Shire y vivir en paz allí. En México muchos Frodos piensan así, actúan así, quieren desentenderse así. Prefieren criticar a quienes gobiernan en vez de involucrarse para hacerlo mejor; eligen la pasividad complaciente en lugar de la participación comprometida. Pero Frodo no tiene otra opción y el ciudadano mexicano tampoco. Frodo tiene la tarea de salvar a su mundo y el ciudadano mexicano tiene la tarea de salvar a su país. Un hobbit insignificante destruye el anillo y un ciudadano mexicano puede hacerlo también. Como dice el mago Gandalf: "Todo lo que tenemos que decidir es qué hacer con el tiempo que nos ha sido dado." Para México es tiempo de preguntar: ¿Y Frodo?”