“Para acabar con la tradición judaicaLeyendas hasídicas según la interpretación de un distinguido eruditoEl hombre no debe ser el promotor de su propia infelicidad; en realidad, el sufrimiento es fruto de la voluntad de Dios, aunque jamás alcance a comprender por qué Él disfruta tanto con ello”

Woody Allen

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“El hombre no debe ser el promotor de su propia infelicidad; en realidad, el sufrimiento es fruto de la voluntad de Dios, aunque jamás alcance a comprender por qué Él disfruta tanto con ello”


“Para acabar con el ajedrez CorrespondenciaMetí la pata. Perdóneme. El hecho de que usted no se percatara de que faltaba una carta indica igualmente cierto despiste por su parte, que yo, por la mía,atribuyo a su impaciencia, pero Dios sabe que todos cometemos errores. Así es la vida. Y el ajedrez”


“El experimento del profesor Kugelmass-Señor Kugelmass, lo peor que puede usted hacer es ignorar la realidad. Limítese a declarar aquí sus pensamientos, y los dos juntos lo analizaremos. Ya lleva usted en tratamiento un tiempo suficiente como para saber que nadie se cura de la noche a la mañana. Después de todo, yo soy analista, no mago.-Entonces lo que necesito quizás es un mago -exclamó Kugelmass, levantándose.Y con eso dio por terminada su terapia.”


“El cuento del lunáticoEn la superficie, dispensado con todos los favores de la buena vida. En el fondo, desesperadamente ansioso de realizarme en el amor.”


“Para acabar con las películas de terrorEl conde DráculaAsí pasa el tiempo hasta que el alcalde, que ya no puede soportar la situación, abre de golpe la puerta del armario y grita: -¡Vamos, Drácula! Siempre pensé que usted era una persona sensata. ¡Déjese de locuras!”


“Para acabar con los libros de recuerdos Memorias de los años veinteAlice Toklas me preguntó si estaba enamorado de Gertrude Stein ya que le había dedicado un libro de poemas aunque eran de T.S. Eliot y dije que sí, que la amaba, pero el asunto nunca podría funcionar porque ella era demasiado inteligente para mí y Alice Toklas estuvo de acuerdo, y luego nos pusimos unos guantes de boxeo y Gertrude Stein me rompió la nariz.”