“Para acabar con los libros de recuerdos Memorias de los años veinteAlice Toklas me preguntó si estaba enamorado de Gertrude Stein ya que le había dedicado un libro de poemas aunque eran de T.S. Eliot y dije que sí, que la amaba, pero el asunto nunca podría funcionar porque ella era demasiado inteligente para mí y Alice Toklas estuvo de acuerdo, y luego nos pusimos unos guantes de boxeo y Gertrude Stein me rompió la nariz.”
“Pienso que en la vida de cada uno de nosotros existe un libro similar, que de pequeños no nos limitamos simplemente a leer, sino que inspeccionamos y rebuscamos en cada uno de sus rincones como si de una habitación se tratara. Un libro así, rebuscado como una habitación, escrutado o interrogado como una cara en cada rasgo y arruga, nunca podremos juzgarlo como se juzga un libro, porque para nosotros ha abandonado la zona de los libros y ha pasado a vivir a la zona de la memoria y de los afectos.”
“Cuando el jardín de la memoria comienza a secarse -le había dicho Celâl una de aquellas noches-, uno tiembla con amor por los últimos árboles y rosales que le quedan. Los riego y los acaricio de la mañana a la noche para que no se sequen: ¡recuerdo, recuerdo que no quiero olvidar! ”
“Pronto me di cuenta de que estas enseñanzas podían ser un consuelo sólo para los que las aceptaran literalmente y que creyeran ser la verdad. Si fueran, como para mí, en parte bella literatura, parte símbolos intrincados; un intento de explicación mitológica del mundo, uno podría instruirse y apreciarlas, pero uno no aprendería la forma de vivir y sacar fuerza de ellas.”
“A veces, lees un libro y te llena con este fervor evangélico raro, y te convences de que el mundo destrozado que nunca se pondrá de nuevo junto a menos que y hasta que todos los seres humanos lean el libro. Y luego están los libros como Una Aflicción Imperial, que no puedes decirle a la gente sobre, libros tan especiales y raros y tuyos de que la publicidad de su afecto se siente como una traición.”
“Leía mucho. Pero con la lectura pasa lo mismo, ya sabes… sólo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estás leyendo. Quiero decir que sólo si te aproximas al libro con el ánimo dispuesto a herir y ser herido en el duelo de la lectura, a polemizar, a convencer y ser convencido, y luego, una vez enriquecido con lo que has aprendido, a emplearlo en construir algo en la vida o en el trabajo”La mayor parte de la gente no puede dar ni recibir amor porque es cobarde y orgullosa, porque tiene miedo al fracaso”… a veces las personas son buenas porque no tienen inhibiciones que les impiden actuar con maldad. … Y luego están los que son buenos porque son demasiado cobardes para ser malos”El burgués tiene que estar toda la vida demostrando quién es. El aristócrata ya ha demostrado quién es en el momento de nacer”No me gusta entregarme a los sentimientos…pero el sentimiento de la amistad es mucho más complicado y delicado que el del amor”Ya ves lo ingenuos que somos. Tendemos a creer que los asuntos propios, los verdaderos, son acontecimientos de relevancia mundial”No es cierto que el sufrimiento nos purifique y nos haga mejores, más sabios y comprensivos. Nos vuelve demasiado lúcidos, fríos e indiferentes”Y entonces te das cuenta de que ésa es la verdadera venganza, la única, la perfecta: ya no quieres saber nada de él, no le deseas nada malo ni nada bueno, ya no puede hacerte sufrir”