“¡No! ¡No pienso dejarte aquí e irme sin saber cómo va a terminar todo esto!—¡No puedes hacer nada aquí! ¡Solo pondrías tú vida en peligro!—¿Y la tuya? ¿Acaso no importa?—Eso es lo que estoy haciendo, poner mi vida a salvo. —Le miré con todo el amor que sentía. Su vida era yo.”
“Me dejó tan alucinado, que no supe cómo reaccionar. No esperaba sentir tanto con tan poco.Observé cómo se alejaba. De entre tantas personas, ella era la única que sobresalía. Su forma de caminar, su manera de retirarse el cabello… Todo en ella era una constante provocación.«Dios, cómo la odio.»”
“—Él se resiste porque eres la primera. ¿Por qué te resistes tú, Kathia?Me sobrecogí. No sabía qué hacer. Incluso temblé. Un escalofrío recorrió mi cuerpo en el momento en que di con la respuesta.—Porque también es el primero.”
“Acaricié su cabello y me acerqué hasta su mejilla para darle un beso. Miré sus labios. La hubiera besado, pero no lo hice. No lo haría hasta que ella me lo permitiera.”
“No puedes sólo sentarte y poner la vida de todos por encima de la tuya y pensar que eso cuenta como amor. Simplemente no puedes. Tienes que hacer algo.”
“Un padre nunca…, nunca debería enterrar a su hijo. Eso no está bien —bajó la voz mientras mi abuela, Ofelia, escondía la cabeza y empezaba a llorar de nuevo—. No es un dolor que se pueda soportar”
“- ¿Qué piensas, Cristianno? —Quise saber lo que le incomodaba.—No es bueno que sienta de esta manera.—¿Por qué?—Porque no eres mía.”