“Y entonces pensé que la felicidad no "llega". No llega cuando te casas o cuando ya no dependes de tus jefes o cuando tienes el trabajo chingón o te vas a estudiar fuera. Es algo que está todo el tiempo, desde siempre, mezclado con las cosas pinches. Es un sentimiento de a ratitos, a veces dura más y a veces menos, pero va y viene. Y uno decide si lo agarra cuando está, o no.”
“Cuando pasa algo malo, pero malo de verdad, por mucho que llores, lo peor no es llorar, que eso a veces está bien, porque te quedas nuevo, lo peor empieza cuando no puedes llorar más, y entonces te das cuenta de que la tristeza es algo sucio, como un grumo gris, espeso, una pelota de barro dentro de los pulmones, que pesa, y la notas al respirar, todo el tiempo.”
“Las cosas fluyen hacia donde tiene que fluir y por más que te esfuerces e intentes hacerlos lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La vida es así. Parece que está aleccionandote, pero ya es hora de que aprendas a vivir de este modo.”
“[...] creces, experimentas, aprendes, crees saber cómo funcionan las cosas, estás convencido de haber encontrado la clave que te permitirá entender y enfrentarte a todo. Pero después, cuando menos te lo esperas, cuando el equilibrio parece perfecto, cuando crees haber dado todas las respuestas o, al menos, la mayor parte de ellas, surge una nueva adivinanza. Y no sabes qué responder. Te pilla por sorpresa. Lo único que consigues entender es que el amor no te pertenece...”
“Creo que todo está pasando todo el tiempo, pero si no te pones en el camino, lo pierdes. Cuando viajas, te pones allí. No siempre es genial. A veces es terrible. Pero otras… —Levanta los hombros y hace un gesto hacia París, luego me mira de reojo—, no es tan malo.”
“...y cuando una está feliz o presiente que la felicidad está cerca, pues se mira en los espejos sin ninguna reserva, es más, cuando una está feliz o se siente predestinada a la experiencia de la felicidad, tiene a bajar las defensas y a aceptar los espejos”