“-¿No tienes carnet de biblioteca?-No. Pensé que sería demasiado peligroso alejarme tanto de casa.De pronto, como si fuera un mago, el señor Dewey se sacó de entre los dedos un carnet de biblioteca.-Pues ya lo tienes. Firma ahí. El apellido primero. Richard Tyler. Señor Tyler, considere esto su pasaporte al maravilloso e impredecible mundo de los libros.”

David Kirschner

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“-¿Tienes idea de lo que he pasado?-Cuéntamelo.-Casi me hace trizas un doctor loco. Un puñado de asquerosos piratas me hicieron prisionero. Y, lo creas o no, he sido tragado por un dragón que escupía fuego. por no mencionar que me han empujado, me han aplastado y casi me matan de miedo.-A pesar de todo, estás ante mí.-Bueno..., sí.-No pretende ser descortés, Guardián de las palabras.-¡Tonterías! El chico tiene razón. Yo le envié a propósito a la sección de ficción.-¿De modo que lo admites?-¡Naturalmente! ¡Piensa, chico! ¿Qué aventuras habrías corrido si te hubiera traído aquí volviendo una página? Has prevalecido por encima del mal. ¡Has mirado a los ojos de Moby Dick, muchacho! Tienes alma de pirata, mozalbete. Y que nadie se atreva a decir lo contrario.Si te hubiera traído aquí desde el principio, nunca habrías encontrado valor para enfrentarte a tus propios miedos. Al hacerlo has triunfado y siempre triunfarás.”


“La ficción de la A a la Z. Donde el valor de un niño es el viento que le lleva al descubrimiento.”


“Nunca digas jamás cerca de Fantasía, cariño. A veces tienes que luchar para que un deseo se haga realidad.”


“-No tan de prisa. Dime, ¿qué es lo que más deseas en este mundo, más que ninguna otra cosa?Aquello era fácil. Richard deseaba que su padre estuviera orgulloso de él. Pero pensó que el hada no haría milagros y decidió pedir algo más práctico.-En este momento, me gustaría poder salir de aquí.”


“Como si el mundo se encogiera en torno a un núcleo de entidades desglosables. Las cosas cayendo en el olvido y con ellas sus nombres. Los colores. Los nombres de los pájaros. Alimentos. Por último los nombres de las cosas que uno creía verdaderas. Más frágiles de lo que él habría pensado. Cuánto de ese mundo había desaparecido ya? El sagrado idioma desprovisto de sus refrentes y por tanto de su realidad. Rebajado como algo que intenta preservar su calor. A tiempo para desaparecer para siempre en un abrir y cerrar de ojos.”


“Recordar lo que para mí han sido los primero libros me exige olvidar desde el principio todo lo que sé de libros. Ciertamente toda mi actual sabiduría se basa en la disposición con la que ya entonces me enfrentaba al libro. Pero así como en el día de hoy tema y contenido, objeto y materia, se enfrentan al libro como algo exterior, entonces se encontraba todo fundido en él, no era algo independiente de él. El mundo abierto en el libro y el libro mismo no podían separarse bajo ningún concepto: formaban un todo perfecto. De esta forma, junto al libro, también podían cogerse con la mano su contenido, su mundo, como si tuvieran asas. Y este mundo, el contenido, glorificaban a su vez al libro en todas sus partes: palpitando en él, iluminado desde él. Y no sólo anidaban en la portada o en los grabados. Su casa estaba también en los títulos de los capítulos, en las letras especiales con que empezaban, en los puntos y aparte, en las columnas, etc. Los libros no se leían sin más, no; se vivían, se moraba entre sus líneas...”