“¿Te das cuenta, verdad, mi querido lector? Estaba metido en un asilo de película de serie B. Cuanto más rabiaba y despotricaba, más demostraba que debería estar donde estaba.”

David Mitchell

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“¡Y cuando exhales el último suspiro, sólo entonces, te darás cuenta de que tu vida no ha sido más que una minúscula gota en un océano infinito!Y sin embargo, ¿qué es un océano sino una multitud de gotas?”


“Hay tantas verdades como hombres. De vez en cuando, alcanzo a vislumbrar una Verdad más verdadera, escondida entre simulacros imperfectos de sí misma, pero en cuanto me acerco, se agita y se hunde más todavía en la espinosa ciénaga del desacuerdo.”


“¡Sentimientos liberales! ¡Pero a mí no me vengas con monsergas de justicia! ¡Vete a Tennessee montado en un pollino y ponte a convencer a esos palurdos sudistas de que en realidad son negros pintados de blanco y de que sus esclavos son blancos pintados de negro! ¡Vete a Europa y ponte a decirles que los derechos de los esclavos del imperio son tan inalienables como los de la reina de Bélgica! ¡Ah, terminarás pobre, canoso y ronco en las reuniones del partido! ¡Te escupirán, te dispararán, te lincharán, te aplacarán con medallitas y los paletos te despreciarán! ¡Te crucificarán! Ingenuo y soñador Adam. Quien osa desafiar a esa hidra de cien cabezas que es la naturaleza humana lo termina pagando con espantosos sufrimientos, ¡y su familia también! ¡Y cuando exhales el último suspiro, sólo entonces, te darás cuenta de que tu vida no ha sido más que una minúscula gota en un océano infinito!Y sin embargo, ¿qué es un océano sino una multitud de gotas?”


“El orgullo de llegar hasta el final. Certezas. Cuando te despojas de las creencias que te endilgan las institutrices, los colegios y los Estados, descubres dentro de ti verdades indelebles. Roma entrará en decadencia y volverá a caer, Cortés se hará de nuevo a la mar y después Ewing también, Adrian volverá a saltar en pedazos, tú y yo volveremos a dormir juntos bajo las estrellas corsas, regresaré a Brujas, de nuevo me enamoraré y me desenamoraré de Eva, tú leerás otra vez esta carta y el sol volverá a apagarse. Un disco en el gramófono de Nietzsche. Cuando termine, el Viejo lo pondrá una vez más, y así una eternidad de eternidades.El tiempo no consigue penetrar en este periodo sabático. No duramos mucho muertos. Una vez que la Luger me deje partir, mi nuevo nacimiento caerá sobre mí en un abrir y cerrar de ojos. Dentro de trece años volveremos a conocernos en Gresham, diez años después estaré en esta misma habitación, empuñando la misma pistola, escribiendo esta misma carta, una decisión tan consumada como mi sexteto de mil cabezas. Estas certezas elegantes me reconfortan.”


“No entiendo cómo no te diste cuenta de que se trataba de una idea descabellada.Todas las revoluciones son una idea descabellada hasta que suceden; entonces se convierten en realidades históricas inevitables.”


“(...)entre todas las razas del mundo, nuestra sed, o mejor dicho, nuestra avidez, de tesoros, de oro, de especias y de dominio, ¡oh, si!, sobre todo del dulce dominio, ¡es la más aguda, la más insaciable, la más carente de todo escrúpulo! Es esta avidez la que alimenta nuestro progreso, no sé si con fines diabólicos o divinos. Ni usted tampoco lo sabe, señor. Ni yo tengo el menor interés en saberlo. Simplemente, me alegro de que el Creador me arrojase del lado de los vencedores.”