“Lo que nunca jamás pudimos medir fue nuestro amor, porque era infinito. Era, si, como cuando Palinuro le preguntaba al abuelo cuánto lo quería. - Mucho, muchísimo le contestaba el abuelo Francisco. - Pero ¿cuánto, cuánto abuelo? ¿De aquí a la esquina? - Más, mucho más. - ¿De aquí al Parque del Ajusco? - Más, muchísimo mas: de aquí al cielo de ida y de regreso, yéndose por el camino mas largo de todos y regresando por un camino todavía más largo. Y eso después de dar varios rodeos, de perderse a propósito, de tomar un café con leche en Plutón, de recorrer los anillos de Saturno en patín del diablo y de dormir veinte años como Rip Van Winkle, en uno de esos planetas donde las noches duran veintiún años: porque a mi me gusta levantarme temprano, cuando menos un año antes de que amanezca.”
“Si alguna vez voy a regresar a México con el vientre casi a punto de estallar, será no porque esté preñada nada más que de viento ni preñada de un hijo tuyo o del Coronel Rodríguez: será de tempestades y borrascas, de torbellinos, para que cuando los mexicanos me den de palos como siempre lo hicieron y reviente, les llueva, juntas, Maximliano, todas las desgracias y las calamidades que se merecen por haber sido tan ingratos con nosotros.”
“This is a work of fiction.If certain characters resemble people in real life, it is because certain people in real life resemble characters from a novel.Nobody, therefore, is entitled to feel included in this book.Nobody, by the same token, to feel excluded.”
“And so we continued, making love, for over two hundred years and when we finished, five hours later, we realized that our building had been knocked down three months previously and that our room had become a space ship of flesh and bone.”
“Permanezcamos así eternamente, como la estampa de un hombre en un vitral frente a la de una mujer en otro vitral....Entre nosotros, sombras cuyos pasos suenan fríos, son de la humanidad que pasa....Murmullos de plegarias, secretos de (....) pasaran entre nosotros.....A veces el aire se puebla de (.....) de inciensos. Y nosotros siempre en los mismos vitrales, en los colores que el sol nos dará al tocarnos, en las líneas impuestas por la noche al caer...Los siglos no incidirán en nuestro silencio vítreo....Fuera de nosotros pasaran civilizaciones, estallaran revueltas, se sucederán en torbellino las fiestas, pasaran, mansos, pueblos de sólida rutina...Y nosotros, oh, amor mío irreal, tendremos siempre el mismo gesto inútil, la misma existencia falsa. Hasta que un día, al cabo de varios siglos de imperios, la Iglesia se derrumbe y todo se acabe....Pero nosotros, que de todo eso nada sabemos, perduraremos sin embargo, no se en que espacio, no se cómo, no se cuánto tiempo, vitrales eternos, horas de ingenuo diseño pintado por un artista cualquiera que duerme hace mucho tiempo bajo una tumba goda donde dos ángeles congelan en sus manos de mármol la idea de la muerte.”
“Aunque no me corresponde probar la inexistencia de Dios sí puedo hacerlo. No puede existir un ser tan dañino que pudiendo en su omnipotencia hacer el bien haga la chambonada de este mundo con todos sus horrores.”