“Resulta imposible comprender lo que existe mediante razonamientos o debates intelectuales. La verdad absoluta no puede ser probada científicamente porque no puede ser observada, verificada ni demostrada a través de percepciones sensoriales. (...) Ésa es la razón por la que los científicos no pueden llegar a ninguna conclusión objetiva sobre la inmortalidad del alma y la vida del más allá, y en cualquier caso nada podría convencerlos. (...) El mundo objetivo es solo la mitad del universo. Lo que percibimos mediante nuestros sentidos no es el mundo en su totalidad. La otra mitad, que abarca la mente, los pensamientos y las emociones, no puede ser explicada por las percepciones sensoriales de objetos externos. (...) El alma no ha sido creada. Es esencialmente conciencia y es perfecta. Tras la disolución del burdo cuerpo, todo permanece latente. El alma pervive.”