This quote by José Rubén Romero highlights the belief that weapons are inherently dangerous and destructive, and it is ultimately foolish and reckless individuals who use them to cause harm. The imagery of the devil carrying the weapons suggests the sinister and malevolent nature of violence, while the term "pendejos" conveys a sense of foolishness and ignorance in those who resort to violence. This quote serves as a powerful reminder of the responsibility that comes with possessing and using weapons, and the consequences that may arise from their misuse.
In today's world, the quote "Las armas las carga el diablo y las descargan los pendejos." by José Rubén Romero holds significant relevance as it highlights the dangers of weaponizing and using violence carelessly. This idea can be applied to various current events and issues where individuals misuse power or act impulsively, leading to destructive outcomes.
One of the most famous sayings by José Rubén Romero is: "“Las armas las carga el diablo y las descargan los pendejos.” This quote is often used to highlight the dangers of irresponsible behavior with weapons.
Reflecting on the quote "Las armas las carga el diablo y las descargan los pendejos" by José Rubén Romero, consider the following questions:
“El político tiene el corazón en el estómago y el filósofo en la cabeza.”
“¿No ha observado usted que la profesión de déspota es más fácil que la de médico o la de abogado? Primer año: ciclo de promesas, sonrisas y cortesías para los electores; segundo año: liquidación de viejas amistades para evitar que con su presencia recuerden el pasado, y creación de un Supremo Consejo de Lambiscones; tercer año: curso completo de egolatría y megalomanía; cuarto y último año: preponderancia de la opinión personal y arbitrariedades a toda orquesta.”
“Todos, en busca de ese sol de Pátzcuaro que, como los maridos impotentes, calienta, pero no satisface a nadie”
“La muerte y yo nos hablamos de tú desde hace tiempo; ella juega conmigo sin hacerme daño.”
“Las propias palabras, que no son cosas, que sólo las designan lo mejor que pueden, y designándolas las modelan, incluso las que sirvieron de manera ejemplar, suponiendo que tal pudiera suceder en alguna ocasión, son millones de veces usadas y otras tantas desechadas, y después nosotros, humildes, con el rabo entre las piernas, como el perro Encontrado cuando la vergüenza lo encoge, tenemos que ir a buscarlas nuevamente, barro pisado que también ellas son, amasado y masticado, deglutido y restituido.”
“Las combinaciones y las composiciones de las casualidades, siendo efectivamente muchísimas, no son infinitas, y más vale que nos arriesguemos a subir a la higuera para intentar alcanzar el higo que tumbarnos bajo su sombra y esperar a que nos caiga en la boca.”