“... tenía ya los ojos llenos de ese líquido que sale del alma, se convierte en brillantes y resbala por las mejillas, no sólo de los desgraciados que sufren, sino de los amantes felices que gozan.”
“Desengáñese usted; el ladrón, por valiente que sea, al tiempo de robar siempre tiene miedo. El valor viene unido, dice Santo Tomás, con la justicia de la causa, y esto le explica a usted el valor de los mártires que desafiaban la cólera de los emperadores romanos; pero volviendo a los ladrones, repito que tienen miedo, y por miedo matan al que trata de conocerlos.”
“La locura se determina casi siempre cuando absolutamente se pierde la esperanza. La esperanza es una especie de alimento moral que mantiene al cerebro. Cuando este alimento falta, mueren las funciones regulares, lo mismo que toda la máquina del hombre se descompone y aniquila por el hambre. Figúrese usted que un padre cargado de familia ve a su mujer enferma, a sus hijos llorando de hambre, y en tan extraña situación no encuentra ni trabajo, ni quien le dé ya un peso, pierde absolutamente la esperanza de salir de esa situación. O se vuelve loco o se suicida... y no le dé usted vueltas, don Remigio, los que se suicidan son todos locos, por más muestras que den de estar en su cabal juicio, escribiendo cartas y haciendo disposiciones testamentarias, o almorzándose un buen rosbif y bebiéndose una botella de champaña antes de matarse.”
“Imposible mencionar a San Ángel sin recordar tiempos que pasaron y que, como las golondrinas de Bécquer, no volverán.”
“Su piel blanca, que no me digan que el blanco es la falta de color, porque es el color más hermoso y es el color de la pureza, y por supuesto que el blanco no es la falta de color: los profesores de física han descubierto a todo el mundo que en un copo de nieve, alineados en un blanco inmaculado están ocultos sin embargo el violeta de los lirios, o sea la tristeza, la melancolía, pero también está presente el azul que significa la calma de contemplar reflejado en un charco de la calle el cielo que nos espera, porque el azul está al lado del verde que es la límpida esperanza, y después viene el amarillo de las margaritas del campo, que florecen sin que nadie las plante y se presentan sin buscarlas, como buenas noticias cuando menos se las espera, y el color de las naranjas que ya están maduras por el verano se llama muy apropiadamente anaranjado, el azahar dio un fruto que el verano madura a causa del calor, qué goce saber que germinó la semilla, creció la planta que es la adolescencia y se va a entrar en la juventud del fruto que da el goce anaranjado, el fruto jugoso y refrescante de las tardes calurosas. El rojo también está oculto en el blanco, también está en ella, en Carla, que es tan blanca.”
“La pasión verdadera que se llama amor no puede alojarse en corazones duros y rebeldes a todo buen sentimiento.”
“Todo pasaba por el filtro de las palabras, convenientemente adecuado a nuestro miedo. ¿Qué hace un niño cuando tiene miedo? Cierra los ojos. ¿Qué hace un niño al que van a violar y luego matar? Cierra los ojos. Y también grita, pero primero cierra los ojos. Las palabras servían para ese fin. Y es curioso, pues todos los arquetipos de la locura y la crueldad humana no han sido inventados por los hombres de esta época sino por nuestros antepasados. Los griegos inventaron, por decirlo de alguna manera, el mal, vieron el mal que todos llevamos dentro, pero los testimonios o las pruebas de ese mal ya no nos conmueven, nos parecen futiles, ininteligibles[...]Durante la Comuna de 1871 murieron asesinadas miles de personas y nadie derramó una lágrima por ellas. Por esa misma fecha un afilador de cuchillos mató a una mujer y a su anciana madre (no a la madre de la mujer, sino a su propia madre, querido amigo) y luego fue abatido por la policía. La noticia no sólo recorrió los periódicos de Francia sino que también fue reseñada en otros periódicos de Europa”