“Suzanne trabaja media jornada. Odia a su padre. Y se odia a sí misma por no plantarle cara. Se lamenta de todo.—Pero adoro a Melinda —dice—. Es el toque de belleza en medio de tanta fealdad.”
“porque el camino recto del amor, ya se guíe por sí mismo, ya sea guiado por otro, es comenzar por las bellezas inferiores y elevarse hasta la belleza suprema, pasando, por decirlo así, por todos los grados de la escala de un solo cuerpo bello a dos, de dos a todos los demás, de los bellos cuerpos a las bellas ocupaciones, de las bellas ocupaciones a las bellas ciencias, hasta que de ciencia en ciencia se llega a la ciencia por excelencia, que no es otra que la ciencia de lo bello mismo, y se concluye por conocerla tal como es en sí.”
“Pero es él, lo sé. Su verdadera esencia. Y tenía razón: la temo, y una parte de mi la odia. Pero es parte de mi ser. Es parte de la naturaleza del mundo, y por eso también, en cierto modo, la amo”
“Conoces a una chica tímida y sencilla. Si le dices que es hermosa, ella pensará que eres simpático, pero no te creerá. Sabe que esa belleza es obra de tu contemplación. Y a veces basta con eso. Pero existe una manera mejor de hacerlo. Le demuestras que es hermosa. Conviertes tus ojos en espejos, tus manos en plegarias cuando la acaricias. Es difícil, muy difícil, pero cuando ella se convence de que dices la verdad... De pronto la historia que ella se cuenta a sí misma cambia. Se transforma. Ya no la ven hermosa. Es hermosa, y la ven.”
“La mayor nobleza de los hombres es la de levantar su obra en medio de la devastación, sosteniéndola infatigablemente, a medio camino entre el desgarro y la belleza.”
“Me mira fijamente, y la mirada que le devuelvo es el principio de todo, y me imagino el futuro: "¿Por qué me odias?", imagino que dice la voz angustiada de una chica. "¿Qué te he hecho?, imagino que grita otra persona.”