“Siento una punzada en el borde de mi corazón. Se trata de un dolor que viene con más lágrimas. Demasiada agua. Debe ser porque el hielo polar se está derritiendo. Debo ser la prueba viviente del efecto invernadero.”
“Dicen que el verdadero amor siempre trae consigo grandes y generosos actos. A veces, cosas maravillosas le suceden a la gente y nadie lo sabe. Nadie sabe o le importa. Algún día dentro de muchos años en un futuro lejano, miraré hacia atrás y diré, —Ese año cuando estaba en séptimo grado, conocí a un chico llamado Henderson Elliot, y lo que hiso por mí fue extraordinario y quién era y cómo él se ganó mi corazón fue nada menos que increíble.”
“Es una cosa terrible enterrar algo dentro de ti y nunca dejarlo salir. Es mejor hacerle frente, para gritarlo y gritarlo y para llorar y dejarlo salir. Para ambas. No es bueno guardar las cosas en una botella, porque cuando la botella se llene, puede explotar como un volcán.”
“¿Extraño? No lo creo. Las coincidencias son los pequeños maravillosos misterios de la vida. No dudes de una coincidencia. Sólo disfrútala.”
“Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Manchado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detrimentos y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo. […] El "hijo de la chingada" es el engendro de la violación, del rapto o la burla. SI se compara esta expresión con la española, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, es ser fruto de una violación.”
“una prueba más de lo contradictorio que es el ser humano. Una pizca de bondad, una pizca de maldad y sólo falta añadirle agua.”
“Él era una mezcla de príncipe y bandido que se creía ungido para ser el amo del mundo, que fue oscureciendo su alma en guerras salvajes, resbalando a la infamia casi sin darse cuenta, pero que tenía en su corazón suficiente valor y tal vez demasiada grandeza para resignarse a ser un canalla.”