“Y todavía los que no murieron bajo las chozas ni se rajaron los huesos bajo los árboles ni se desangraron bajo las cuevas, ciegos de miedo y de ira acabaron despedazándose entre sí. Los pocos que no sufrieron quebranto, como recuerdo de la simpleza de sus corazones, se transformaron en monos.”
“En algún momento, los sonidos se volvieron más audibles y los colores de los vestidos atrajeron su atención. Poco a poco comenzó a tomar conciencia de las personas que la circundaban y de los diálogos que se entablaban. Las imágenes, sin embargo, se sucedían lentamente, como si ocurrieran bajo el agua, más parecidas a las escenas confusas de un sueño que a la realidad. Nada la habría preparado para aquel instante, ni siquiera saber que se toparía con él después de más de seis años.”
“Amor que incendia el corazón de los orangutanes, de los bomberos. Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas, que arranca los botones de los botines, que se alimenta de encelo y ensalada.”
“Existen distintas clases de libros. Muchos hay que ni siquiera se los abre; y pocos que se copian en los muros.”
“Las personas son como los piojos: se te meten bajo la piel y se entierran en ella.”
“... el asesinato es algo que, con todos sus detalles y ritos, se aprende de otros, se aprende de las leyendas, de los cuentos, de las memorias, de los periódicos, en suma, de la literatura.”