“Me acosté en su vieja cama, y miré por la ventana este árbol que probablemente era mucho más pequeño cuando mi padre lo miraba. Y pude sentir lo que sentía en la noche cuando se dio cuenta de que si no se iba, nunca sería su vida. Sería de ellos.”
“Joan era dura en el exterior, pero tenía una verdadera vulnerabilidad cuando llegabas a conocerla. Casi desde el momento en que me uní a The Runaways, había habido un lazo especial entre nosotras. La gente nos había comenzado a llamar “Sal y Pimienta”, no sólo por los contrastantes colores de cabello, sino porque siempre parecíamos estar juntas. En Joan, encontré una amistad mucho más intensa, y mucho más profunda, de lo que había conocido hasta ese punto en mi vida. Éramos niñas: Joan sólo era un año mayor que yo, y me aferraba más a ella que a cualquiera en la banda, y ella hacía lo mismo conmigo.Cuando pienso en Joan y nuestra relación, todavía puedo sentir un distante temblor por dentro. Nuestra amistad fue un regalo de Dios para mí. Era profunda, y por momentos ella era la única que me mantenía cuerda. Joan era perceptiva. Casi como si pudiera leer mi mente. Dios, cómo necesitaba esa clase de conexión. Especialmente cuando me sentía tan desconectada. Creía en ella, y en el sueño que la había conducido tan lejos. Me sentía segura cuando me quedaba cerca de ella, como si fuera arrastrada por la red de seguridad de su resuelta visión de lo que estábamos haciendo.A veces nos mirábamos y yo sentía un cosquilleo en mi estómago. Su sonrisa era tibia y su actitud de amor a la diversión me hacía olvidar cuán extraño y bizarro este mundo nuevo y loco realmente era. Ella era mi ancla. ¿Cómo explico a una persona que era mi mejor amiga, alguien en quien podía confiar como una hermana, alguien que para mí se volvió una fuerte atracción sexual? Bueno, es fácil. Tan fácil como era estar con ella. Podría dejarlo en que tuve momentos con una amiga que aún hoy me hacen temblar. Y fueron algunos de los momentos más satisfactorios de mi joven vida.”
“Hadley presiono su cabeza contra la ventana del taxi y se descubre sonriendo al pensar en él. Es como una canción que uno no puede quitarse de la cabeza. Por mucho que lo intente, la melodía de su encuentro suena sin fin en su cerebro, cada vez más hermosa, como una nana, o un himno, y se le ocurre que nunca se cansará de escucharla.”
“Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.”
“¿Y si se desmayaba? ¿Y si la había asustado tanto que ella realmente perdía el conocimiento? Comencé a pensar en maneras paraexplicarlo.¿Se lo estaba guardando a un amigo?¿Era un accesorio para un show?Era... era... mierda, no sabía.Podía simplemente disculparme. Decirle que sabía que era muy rápido.Esperé a que hiciera algo —gritar, correr, llorar, desmayarse. Cualquier cosa sería mejor que su quietud. Debí haber sido honesto con ella. No era bueno en cosas como ésta. Dije lo que estaba pensando... no planes, no manipulación.Finalmente, cuando pensé que mi cuerpo se derrumbaría sólo por el estrés, se dio la vuelta. De frente a la cama, y sólo pude ver su perfil, pero se estaba mordiendo el labio. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba sólo pensando? ¿Pensando en una forma para librarse de esto? Luego, lentamente, como el amanecer asomándose por el horizonte,sonrió.Cerró la caja.No gritó. No salió corriendo. No se desmayó. Pudo haber un poco de llanto.Pero sobre todo... bailó.”
“Justo cuando pensaba que las cosas se estaban poniendo mejor con cómo me sentía acerca de Ashton, siempre pasaba algo que me enviaba en espirales de vuelta al dolor. Por supuesto, se estaba poniendo más fácil y no era ni de cerca todo lo que había sido al principio, pero no se había ido del todo. Temía que jamás lo hiciera. Ashton siempre sería mi más grande error. No porque la hubiera amado, sino porque la había perdido.”