“Pensé para mí mismo que en la palma de mi mano había una cinta que contenía todos estos recuerdos y sentimientos, grandes alegrías y tristezas. Justo ahí, en la palma de mi mano. Y pensé en cuanta gente ha amado esas canciones, cómo mucha gente ha superado un montón de malos tiempos gracias a estas canciones, cómo mucha gente ha disfrutado de buenos tiempos con estas canciones y cuánto significan estas canciones en realidad. Pienso que sería genial haber escrito alguna de estas canciones. Apuesto que si yo escribiera uno de esos temas, estaría muy orgulloso. Espero que las personas que escribieron esas canciones sean felices. Y espero que sientan que es suficiente. De verdad lo espero, porque ellos me han hecho feliz. Y soy sólo una persona.”
“¿Qué fue primero: la música o la tristeza? ¿Me dio por escuchar música porque estaba triste? ¿O es que estaba triste porque escuchaba música? ¿No te convierten todos esos discos en una persona de tendencia melancólica?Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida. Las personas más desgraciadas que yo he conocido, románticamente hablando, son las que tienen un desarrollado gusto por la música pop. Y no sé si la música pop es la causante de esta infelicidad, pero sí tengo muy claro que han escuchado esas canciones infelices desde hace más tiempo del que llevan viviendo una vida más o menos infeliz. Así de claro.”
“Hay en ti muchas virtudes que tú mismo ignoras, hijo del bondadoso Oeste. Algo de coraje y algo de sabiduría, mezclados con mesura. Si muchos de nosotros dieran más valor a la comida, la alegría y las canciones que al oro atesorado, éste sería un Mundo más feliz.”
“Estoy seguro de que en el transcurso de vuestra vida os habréis dado cuenta de que las habitaciones de las personas reflejan su personalidad. En mi habitación, por ejemplo, he reunido una colección de objetos que son importantes para mí, y que incluyen un polvoriento acordeón en el que puedo tocar algunas canciones tristes, un legajo de notas sobre las actividades de los huérfanos Baudelaire y una fotografía borrosa, hecha hace mucho tiempo, de una mujer llamada Beatrice. Son objetos muy valiosos e importantes para mí.”
“Nunca te llevé a que madame Leonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro.”
“Y por primera vez en mi vida, la salida fue la de la fe . Esta fe llegaba del saber profundo de que yo disponía de la suficiente fuerza y del coraje como para poder sufrir sola esta agonía y la certeza de que nunca se nos da más de lo que podemos aguantar. De pronto comprendí que sólo tenía que cesar en mi lucha, transformar mi resistencia en sumisión y decir sencillamente "si".”